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martes, 7 de febrero de 2017

Notas Geográficas de Ghalessia (1)



Aquí empiezan las notas geográficas de Ghalessia, ya que es así como he decidido llamar a nuestro continente, una inmensa masa de tierra que apenas ha sido explorada, en mis viajes no he conseguido alcanzar ni la famosa cordillera del núcleo, que según los antiguos textos de los enanos se encuentran en el centro del continente, separando su parte este de la oeste.

En primer lugar, lo idóneo sería presentarme, pues sí os voy a hablar de mis viajes, deberéis ponerme una personalidad adecuada. Soy Bulceon de Moley, vigésimo primer duque de Harmelt, originario de dicha ciudad, con una importante riqueza personal, sino como creéis que he podido pasarme cincuenta de mis casi ochenta años de edad paseándome por las tierras conocidas. Mi nombre es el mismo que el de uno de mis antepasados, el séptimo duque, más conocido por ser el preceptor de Freddrick IV, el justo. Soy ciudadano del reino de Thargensis, el más pacífico y adelantado reino de Ghalessia. Pero de mi reino ya hablaré en mis notas.

Lo primero sería explicar por qué le he dado este nombre al continente. Podríais pensar que ha sido por mi cara bonita, pero no señor, yo soy un estudioso, y antes de embarcarme en el viaje de mi vida, estuve, o más bien financie una expedición a Klemmar, una antigua mina enana que se creía perdida, pero que debido al azar alguien había encontrado. Según algunas informaciones, libros arcaicos que habían sobrevivido en la biblioteca de Fheler, (hum, tal vez sí que debería hablar de Thargensis pronto) y hablaban de la existencia de una mina enana llena de una riqueza incalculable, lo cual hizo que muchos aventureros pasarán años revisando las montañas que rodean el reino, en busca de la mina en cuestión. La verdad es que se encontraron otras, pero aunque había riquezas no del nivel de lo que contaba el libro en cuestión.

Pero debemos volver a Klemmar, la mina o mejor dicho para el entendimiento general, la ciudad enana. Mientras los aventureros que había pagado para que se encargarán de rebuscar por todas las ruinas, creyendo que habría oro, joyas o cualquier cosa que su imaginación había ideado, yo busque en los grandes salones hasta que encontré unos inmensos murales con las runas sagradas, la escritura de los enanos, un lenguaje que había estudiado, y pude observar la riqueza que se refería en el antiguo tomo, la historia de los enanos de Ghalessia.

Podría hablar sobre la historia de los enanos y necesitaría tanto tiempo como el que he estado viajando, pero para saber porque este continente se llama así, debo referirme a las primeras runas, las de la creación de los enanos, que a primera vista son curiosas, pero encierran todo el significado de ser enano:

“Gh’al creó la tierra, con todas sus formas. Cuando estuvo seguro, creó a los Gh’alkan, los hijos de Gh’al, los moradores de la tierra, los domadores de la roca, los excavadores que poblaron la tierra, crearon los grandes salones, que encontraron los tesoros que dejó Gh’al para ellos. Y en la roca prosperaron y se extendieron por toda Gh’alessia ampliando su poder.
Pero Gh’al utilizó los restos y permitió que se creara vida, impura, sobre la roca, donde el sin techo era azul durante unas horas, cuando una luz lo invadía todo y una oscuridad inmensa cuando la luz les abandonaba. Y en esa impureza aparecieron los Gh’akenss, los no bendecidos, los que no eran elegidos. Ambos grupos crecieron separados durante siglos, unos arriba y otros abajo.
Muchos siglos antes de que los Gh’akenss del este de Gh’alessia provocaran la gran calamidad, aparecieron los Ungh’al, los finitos, los de edad corta, que comparados con los Gh’alkan y los Gh’akenss sus vidas nunca pasaban de la juventud...”

Claramente podemos entender que Gh’al era el dios de los enanos y ellos eran los Gh’alkan. Los Gh’akaness o impuros eran los elfos, se puede ver que las malas relaciones entre ambas razas venían desde el albor de los tiempos. También parece que ambas razas vivían sin mezclarse entre ellas, pero entonces llegamos nosotros los finitos, los Ungh’al. Lo que sí podemos ver es que el continente era la tierra de Gh’al y por tanto la llamaban Gh’alessia, nombre que yo he rescatado, como última dádiva a la raza desaparecida.

Así, que con la información que encontré en Klemmar, me prepare y me lancé yo también a la aventura, a descubrir los diversos reinos y culturas que había por esta tierra. Un viaje que como ya he dicho me llevo cincuenta largos años, pero que me llenaron de vivencias. Yo os iré contando todo lo que conozco de las tierras de Ghalessia.

1 comentario:

  1. Muy interesante señor Bulceon de Moley, mi nombre es Suara Baal. Un placer. Seguiré sus andanzas y aventuras. Algunas veces comentaré y le haré sugerencias otras me limitaré a observar. He observado, por cierto, como sugerencia, que deberíais poner algunas comas, y algunas oraciones deberían ser revisadas para optimizarlas. Por lo demás, espero impaciente que continué con su labor. Bienvenido la mundo del bloggero.

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