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martes, 5 de julio de 2022

Dinero fácil (23)

Patrick revisó los sensores de forma rutinaria, para pasar al contador. Quedaban pocos segundos, lo que quería decir que estaban a punto de alcanzar su destino. Las luces en movimiento, formadas por la velocidad que llevaban al surcar el universo, se fueron desacelerando, hasta formar el tapiz negro con cientos de puntos y formas de diversos colores. 

-   Halwok reduce la potencia del reactor principal, hemos llegado al destino -Patrick avisó a la sala de máquinas por el comunicador de su consola de mando. Luego añadió tras pulsar otro botón-. Victor al puente. Tripulación a sus puestos. No es un simulacro, repito no es un simulacro. 

-   ¡Reduciendo fuerza en el reactor! -respondió Halwok-. Todo sigue en los niveles óptimos. He separado la baliza. 

-   Voy ahora mismo -anunció Patrick-. Victor al puente.

Por la consola de mando, pulsando en los botones fue pasando de una cámara a otra de la nave. Pudo ver que los trillizos estaban en sus torretas de defensa. Halwok, sus ayudantes y la niña en la sala de máquinas, y parecía que la habían reactivado. Dhalzo en su celda, con su cara neutra, ni feliz ni triste. Valerie había ido a por Eleanor, sin duda la iba a llevar con la niña. Pero no daba con Victor.

Lanzó un exabrupto y se dirigió a la cubierta inferior. Tenía un mal presentimiento. Mientras descendía por la escala, le quitó la cinta de seguridad a su pistolera. El ruido de un grito, un golpe seco y unas quejas le hicieron darse cuenta que su temor se había cumplido. Se dirigió hacia la sala de máquinas.

Valerie y Eleanor ocupaban el pasillo delante de él. Tras ellas, creía ver a la niña y a alguien que la abrazaba por la espalda, mientras blandía una pistola. Más allá, en la sala de máquinas, Halwok estaba sentado en el suelo. Sus ayudantes estaban paralizados. Patrick desenfundó y se hizo un hueco entre las dos mujeres. 

-   No des ni un paso más capitán -Victor era quien blandía la pistola, usando a la niña como escudo, bueno lo que conseguía tapar debido a su pequeño tamaño. 

-   ¿Hoy es el día que todos os ha dado por apuntarme con armas? -espetó Patrick, con un tono jocoso-. Vamos, Victor, deja de hacer el tonto. Suelta a la niña y nos olvidamos de este pequeño incidente. Borrón y cuenta nueva. 

-   Eso no es posible, capitán -dijo Victor, sonriendo con pena-. Te he seguido en muchas cosas, pero ahora no es el caso. Ellas valen mucho, una riqueza. No podemos vivir solo de aire, capitán. 

-   Victor, nosotros somos algo más que adoradores del dinero, creo que… 

-   Tu palabrería barata puede servir con el resto de idiotas de esta nave, pero no conmigo -cortó Victor, apretando el cuerpo de la niña contra el suyo-. Te conozco desde hace mucho y sé cómo eres en verdad. Deja ya de actuar como el buen benefactor, el capitán bondadoso. Ya has olvidado los viejos tiempos, cuando buscabas la sangre y te reías de la muerte. Yo lo recuerdo como si fuera ayer. 

-   Bien, si a eso hemos llegado, Victor, ya no voy a ser tan magnánimo -le advirtió Patrick, cambiando su semblante a uno frío, duro-. Suelta a la niña y puede que sea piadoso contigo. 

-   Este es el verdadero Magnus -se burló Victor, aunque nadie sabía a quién se refería con el nombre de Magnus, todos le observaban con sorpresa, a excepción de Patrick-. Pero aun así, tus palabras son bravatas sin fuerza. Yo soy quien tiene la sartén por el mango, no tú, capitán. Lo que vamos a hacer ahora es esperar a que vengan a recoger a las pasajeras y a mí. 

-   Así que era eso, ya has hecho un trato, ¿eh? -inquirió Patrick-. A ver si acierto. Esperas que venga Landdiuss y su nave a por ti, ¿verdad?

Esta vez fue la cara de Victor la que se sorprendió. Creía haber llevado toda su operación en secreto. Llevaba ya un tiempo trabajando para Landdiuss, otro líder cazarrecompensas y de mercenarios. Landdiuss era un ser ladino y muy peligroso. Además no solía permitir fallos a sus subordinados. Victor había caído en sus manos debido a unas deudas en el juego. Para pagar a Landdiuss, se encargaba de pasar los movimientos de Patrick y su grupo al otro líder. De esa forma, en los últimos meses, el grupo de Landdiuss les habían arrebatado algunas presas. Dhalzo era demasiado poca cosa como para que su nuevo jefe se hubiera acercado, pero la niña y su madre, eso le haría pagar su deuda y unirse al otro cazarrecompensas.

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