Seguidores

martes, 12 de julio de 2022

Dinero fácil (24)

A Victor le había costado recuperarse de la sorpresa de que Patrick conociese a su nuevo patrón. Aun así, Patrick siempre había sido muy listo para llevar la delantera en todo lo que se proponía. Victor había pensado que esta vez iba a pillar a su capitán en un aprieto, pero parecía que no. 

-   Bueno, sabes lo de Landdiuss -afirmó por fin Victor-. Pero eso no cambia nada ahora. Yo tengo a la niña y tú no tienes nada para evitar esta situación. Así que dejemos esta conversación estéril. Ahora me vais a permitir que me acerque a la esclusa de atraque y cuando llegue Landdiuss me iré con la niña y con ella.

Victor apuntó con la pistola a Eleanor, regresando al momento el cañón hasta el costado de la niña. 

-   ¡Eres un traidor de mierda! -espetó Valerie. 

-   ¿Un traidor? -repitió Victor, sonriente-. No, Valerie, yo soy un superviviente. No soy un iluso de principios blindados como sois todos los aquí presentes. Seguid al buen capitán y un día moriréis todos. Más gente para la libreta negra del capitán. Seguro que aún sus fantasmas se le aparecen por las noches, ¿es así, capitán?

Patrick le siguió mirando fijamente, sin hacer ninguna mueca o gesto extra. Solo le observaba, calculando sus posibilidades. Sabía que debía actuar ya, estaban perdiendo un tiempo precioso. Sabía lo que debía hacer. 

-   Te lo he pedido y te he avisado, Victor -dijo Patrick-. No me has escuchado y te has reído. Ahora hablas de los fantasmas del pasado. Sin duda quieres ser uno de ellos. 

-   Creo recordarte que tengo a la niña para protegerme y…

Las palabras de Victor se silenciaron debido al ruido de la pistola de Patrick al disparar. Patrick había apuntado con poco tiempo y el rayo que salió de su arma recorrió la distancia que le separaba de Victor a toda velocidad. Lo siguiente que Victor pronunció fue un alarido. Patrick había elegido la mano de Victor que sostenía la pistola, que ahora se había prácticamente volatilizado, junto al arma del hombre. Victor siempre había tenido la manía de gesticular demasiado con las manos cuando hablaba, un vicio que no era capaz de evitar, ni cuando mantenía a un rehén apuntado con su arma. Cuando había hecho uno de sus aspavientos, Patrick había disparado.

Halwok y Valerie se habían lanzado sobre Victor, según este liberó a la niña, para agarrarse el muñón sanguinolento de lo que antes era su mano derecha. Eleanor había tomado del brazo de la niña, que parecía no comprender nada de lo que pasaba y había tirado de ella para atraerla hacia su seguridad. 

-   Halwok, Valerie atadle bien -ordenó Patrick-. Eleanor, llévate a la niña a tu camarote.

Los ayudantes de Halwok trajeron elementos para atarle y Valerie se echó a un lado. Patrick le dijo que fuera al puente y revisase todo, por si Victor había provocado algún sabotaje en la nave. Cuando Victor estuvo perfectamente atado, Halwok y Dherek regresaron a la sala de máquinas, para preparar a la nave para su huida. Milvvar mantenía a Victor tirado en el suelo, pisándole con una de sus piernas, haciendo la suficiente fuerza para que no se moviese, pero no le matase. Patrick se dirigió a la sala de máquinas, tras hablar con Halwok, regresó portando una caja que le había entregado Halwok. 

-   Milvvar coge al traidor y ven conmigo -ordenó Patrick.

Milvvar no tuvo problemas en levantar a Victor y llevarle como si fuera una caja de mercancía. Milvvar era muy fuerte, casi como una mula de carga. Patrick se dirigió a la cubierta inferior. Milvvar dejó caer a Victor por la escotilla, sin ningún remordimiento. Ni Patrick le afeó en su comportamiento. La raza de Milvvar, los ghinno, odiaban a los traidores, los trataban peor que a los criminales, creían que no debían existir. Pasaron por delante de Dhalzo que los miraba interesados. Milvvar volvió a dejar caer a Victor en el suelo de la cubierta de carga. 

-   Milvvar trae un baúl Clix -pidió Patrick, señalando hacia la esclusa inferior. 

-   Me has disparado -murmuró Victor, que se había mantenido silencioso durante el trayecto. 

-   No me has dejado otra opción, Victor -indicó Patrick. 

-   ¿Qué va a pasar ahora? 

-   En verdad lo preguntas, Victor -dijo Patrick, como sorprendido-. No me digas que quieres al capitán bueno y piadoso. No Victor, has hecho volver al capitán malvado, el que tiene fantasmas a su espalda. El que no tenía moral y sí mucha imaginación. 

-   Si lo que vas a hacer es matarme, hazlo rápido -rogó con chulería Victor. 

-   No, para nada -negó Patrick. 

-   ¡Quieres sangre! Lo veo en tu mirada -comentó Victor, como si estuviese viendo un espejismo o un recuerdo. 

-   Sí, pero no ahora, ya la obtendré -aseguró Patrick-. Ahora te devolveré con Landdiuss. A ver si él es tan comprensivo como lo he sido yo contigo.

Victor no dijo nada, pero sabía que Landdiuss lo mataría, no soportaba los fallos y tampoco se iba a quedar con un lisiado. Patrick tal vez no lo mataría, pero si el otro. Entonces vio llegar a Milvvar con el baúl que le había requerido Patrick. Empezó a intuir cómo le iba a entregar, si es que Landdiuss daba con él. Si no moriría en el espacio cuando se quedase sin aire.

No hay comentarios:

Publicar un comentario