Nunca creí que Ballur nos dejaría marchar tan fácil como lo hizo,
lo que claramente me hizo ver que era un guerrero viejo, como Alvaras y yo. Ese
día comenzamos un viaje que aun realizamos. Los compañeros fueron cambiando,
pero una cosa si se puede decir, fueron amigos y camaradas hasta el final,
incluso Jhan, que aprendió mucho de Alvaras, convirtiéndose en un gran
guerrero.
Pero todos los guerreros y más los mercenarios, viajamos cerca de
la muerte, y hasta los mejores llegan a encontrarse con ella en un momento de
sus vidas, que suele ser el último. Eso les pasó a Jhan, a Obbort, a Dkal, a
Himey, a Ohel y a Uthel, aunque este fue de viejo. Pero los momentos que
compartimos con ellos quedaron grabados en nuestra memoria.
A Alvaras le vino muy bien la presencia de Jhan, que fue un
detonante para querer seguir con vida. Ninguno regresamos al señorío de los
hielos y para nada al territorio del tharn Davalon. Pero hace ya mucho tiempo,
unos mercaderes me hablaron de que el tharn Dagalon hablaba muy bien de un gran
guerrero que fuera therk de su padre, quien llevó a cabo la justicia divina de
Thoin con el traidor de su hermano.
Yo nunca le conté esto a Alvaras, pero por lo visto, cuando Ballur
regresó a Thepperon el tharn Davalon había muerto el mismo día que llegó el
mensajero que había enviado el therk. La información sobre la traición por
partida doble de Davert y su malo estado de salud lo enviaron con Ordhin y
todos sus antepasados. Dagalon no solo no envió ni uno solo de los asesinos que
nosotros pensamos que mandaría Davalon a vengarse, sino que elevó a Alvaras al
nivel del héroe. La verdad es que cuando Dagalon se enteró de lo que Davert
pretendía hacer con él, no sintió ni el más mínimo sentimiento de odio hacia
Alvaras.
Además la entrega de Sivarias al señor de los hielos que provocó
la caída de la casa Pharna, dio más estatus a Dagalon en su familia, elevando a
Thepperon como nudo comercial en el sur.
Esta fue la primera aventura de las muchas que lleve a cabo con mi
señor Alvaras o más bien con mi amigo Alvaras, fue la más dura, pero sin ella
jamás nos habríamos encontrado.
Orbish, hijo de Orb
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