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martes, 14 de junio de 2022

Dinero fácil (20)

Con los sensores afectados por los asteroides, Patrick tenía que volar con los ojos, lo que en el día actual era como a ciegas. Sin duda era un piloto habilidoso y la Folkung se movía con especial ligereza. Aun así Patrick debía estar muy atento. No quería hacerle nuevas cicatrices a su nave. Ya tenía demasiadas. Como buen capitán le gustaba tener la Folkung perfecta o lo que podía definirse como perfecta. 

-   ¡Recuperamos sensores! -gritó Victor. 

-   ¿Qué ha pasado con la Glory Rose y las naves imperiales? -inquirió Patrick. 

-   Parece que la Glory Rose ha escapado de la trampa, pero está huyendo de las naves imperiales, hacia el sector más alejado del nuestro -indicó Victor-. Pronto nos detectarán a nosotros también. 

-   Que nos detecten -murmuró con un deje de osadía Patrick-. Pronto habremos saltado del sistema. Para cuando dejen de perseguir a la Glory Rose nosotros ya no estaremos.

Patrick estaba seguro de su premonición, ya que era capaz de ver cada vez más especio negro entre las rocas que los rodeaban. Estaban saliendo del campo de asteroides. Ahora solo faltaba saber si estaban listos para irse. 

-   ¡Halwok! -gritó Patrick tras pulsar un botón-. ¿Estamos listos para largarnos de aquí? 

-   Los motores cargados y listos, capitán -aseguró Halwok. 

-   ¿Y lo otro? 

-   Me pongo a ello según pasemos a hipervelocidad -informó Halwok. 

-   Entonces bien -asintió Patrick, que dejó de presionar el botón de la consola y se volvió hacia Valerie-. ¿Coordenadas listas? 

-   El ordenador de abordo ya ha hecho los cálculos del viaje, capitán -contestó Valerie-. Listos para marcharnos. 

-   OK

La nave siguió moviéndose entre los últimos asteroides hasta quedar totalmente libre de las masas rocosas. Era el momento de marcharse. Justo había comenzado a sonar la alarma de naves enemigas. Lo que quería decir que los imperiales los habían detectado, pero como había vaticinado Patrick, les sirvió de poco. Patrick activó la hipervelocidad y la Folkung desapareció de allí. Si los imperiales habían decidido mandar alguna nave contra ellos, hubiera sido una tontería. Era mejor cazar a la Glory Rose.

Patrick se recostó en su sillón por unos segundos, intentando liberarse de la carga que había tenido sobre sus hombros hasta ese momento. Cuando se vio más relajado, se puso de pie. 

-   Victor te quedas al cargo, luego vendremos a sustituirte, Valerie conmigo -ordenó Patrick. 

-   Dejas el puente en buenas manos -aseguró Victor.

Valerie y Patrick se marcharon y se dirigieron a la sala de máquinas. Halwok no puso mala cara porque los dos oficiales accedieran a su reino. Estaba muy ocupado observando las interioridades de la niña. Halwok no solo le había retirado la ropa, sino que había quitado importantes piezas de su carcasa externa, que era sumamente realista. 

-    He encontrado la causa de nuestra avería -informó Halwok según llegaron-. Este monstruito llevaba una contramedida de un único uso, y menos mal. Se activa a distancia. Una bomba de protones que nos ha dejado fritos literalmente todos los sistemas principales. Sin duda el dueño de este juguete no lo quiere perder. 

-   ¿Has encontrado la sonda? -inquirió Patrick, apuntándose lo de la contramedida, para su próxima charla con Eleanor. 

-   La tengo localizada, sí -asintió Halwok. 

-   ¿La puedes deshabilitar? 

-   Puedo pero podría destrozar gran parte de lo que mueve a la niña -afirmó Halwok-. Posiblemente este juguete quedaría inservible. 

-   Durinn asegura que la niña guarda toda su investigación sobre su dueño, todo su trabajo. ¿Hay alguna forma de sacarla sin dañar mucho la unidad? -preguntó Patrick. 

-   Puedo intentar sacarla, pero creo que no la apagaríamos -comentó Halwok. 

-   Intenta salvaguardar lo que más puedas de la niña -dijo Patrick-. Tal vez en el futuro nos sirva como moneda de cambio si las cosas se ponen demasiado peligrosas para nosotros. Me voy a hablar con Eleanor. Valerie, quedate a ayudar a Halwok, al final dos manos más le vendrán bien. 

-   Siempre me ayuda mucho Valerie, no como tú capitán -se despidió Halwok.

Valerie se quedó con Halwok y Patrick se marchó para volver a encararse con Eleanor. Esa mujer le había prometido algo sencillo, cuando en verdad había enfadado a alguien demasiado peligroso. Alguien que había movilizado a todos los cazarrecompensas del sector.

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