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martes, 28 de junio de 2022

Dinero fácil (22)

Patrick había intentado relajarse en su camarote, pero no lo conseguía. Necesitaba saber que lo que estaba haciendo Halwok iba bien, pero no quería molestar. Su ingeniero era de los que preferían trabajar a su manera y se enfadaba seriamente con quien le molestase cuando tenía algo muy importante entre las manos. Sacar la baliza del cuerpo de la niña era de tal gravedad que Patrick entendía que Halwok se irritaría mucho si él se ponía molestarle. Al final, decidió que lo mejor que podía hacer era sustituir a Victor en el puente.

Salió de su camarote, subió por la escala y entró en el puente. Victor parecía entretenido en algo que había en su consola, pero al entrar Patrick la había apagado. 

-    Victor, creo que es buen momento para que te vayas a descansar -indicó Patrick, dejándose caer sobre la silla de mando. 

-   No estoy cansado, capitán -dijo Victor-. Puedo quedarme aquí más tiempo, si así lo deseas. 

-   Estamos aún viajando -señaló Patrick las luces que iluminaban sus rostros, provenientes del exterior de la nave-. Creo que es buena idea que descanses un rato. Te necesitaré en plenas condiciones cuando lleguemos a nuestro destino. 

-   ¿Pero no vamos a ninguna parte, no? -preguntó Victor, como si temiese que le habían mentido con algo. 

-   Unas coordenadas en medio de la nada, sí -afirmó Patrick. 

-   Entonces para ello ya estoy listo, capitán -aseguró Victor. 

-   Sigo pensando que es mejor que descanses -volvió a decir Patrick, pero esta vez con un tono más inflexible.

Victor que se dio cuenta que ya no podía seguir estirando la cordialidad de su capitán, que parecía estar impacientando. Se levantó, se despidió y se marchó del puente. Patrick observó la marcha de Victor, intentando elucubrar el porqué de la reticencia de éste por abandonar el puente. Sabía que hasta hace no mucho le era absolutamente leal. No se hubiera mostrado así, cuestionando la orden de su capitán. Algo había empezado a cambiar en el hombre, algo que le estaba molestando a Patrick. La amistad con Victor venía de muy largo y no quería perderla, pero la actitud de Victor empezaba a molestarle. Tendría que hablar de una vez con él, de hombre a hombre. 

-    Pensaba que debía cambiar a Victor -dijo la voz de Valerie, a la espalda de Patrick-. Es raro verte por aquí, capitán. 

-   ¿Es raro? -repitió la pregunta Patrick-. Hubiera jurado que esta nave era mía. Parece que mis órdenes se pueden criticar o ignorar impunemente. 

-   Claro que es tuya, capitán -afirmó Valerie, sentándose en su asiento habitual, mirando a Patrick-. Aunque con lo mal que la diriges, cualquiera podría pensar que solo eres un bufón. 

-   Que graciosa eres, Valerie -aseguró Patrick, frunciendo el ceño. 

-   Sabes que estoy de broma, capitán -indicó Valerie-. Todos aquí te respetamos como el líder que eres. Siempre te encargas de nuestra seguridad y nuestro porvenir. 

-    Pues cualquiera diría que Victor ya no opina lo mismo que tú -espetó Patrick, no tanto porque estuviera asqueado, sino porque esperaba que Valerie le contase o le asesorase con él. 

-   Dudo que Victor no te tenga lealtad plena, al fin y al cabo te ha seguido a esta vida -comentó Valerie-. Victor es el primero que se te unió, ¿no? No lo hubiese hecho si no creyese en ti. 

-   Puede ser -dudó Patrick. Claramente por antigüedad, Victor llevaba mucho tiempo con él. Fue el primero que se enroló en la Folkung cuando se hizo con ella. Ambos la sacaron del astillero donde la iban a despedazar. Luego llegaron el resto de los tripulantes, en diversas fases de sus vidas. Pero aun así, estaba seguro que algo había cambiado en Victor. Estaba esquivo y con un carácter totalmente distinto al antiguo-. Puede ser, pero hay algo que me hace estar alerta con él. 

-   Si crees que debes estar alerta, sigue así -murmuró Valerie, que pensó que debía actuar más como Patrick y echar un ojo a Victor-. De todas formas te quería decir que Halwok parece haber descubierto la forma de sacar el juguete marcador sin romper el resto. 

-   Ya sabía que venías con buenas noticias -Valerie observó como la cara de preocupación de Patrick se difuminaba, incluso casi desapareciendo-. Deberías ir a llevar esa noticia a la madre. 

-   No es la madre, y además… 

-   Qué le vamos a hacer, no todo es perfecto, Valerie -le cortó Patrick-. Ve a descansar o lo que quieras hacer. Yo me quedo de guardia hasta que alcancemos nuestro destino. 

-   Como quieras -Valerie se despidió, levantándose y marchándose.

En el tiempo que aún les quedaba de viaje, Patrick estaba seguro que sacaría la baliza de la niña. Cuando llegasen al destino que habían decidido, la dejarían allí. Los otros cazarrecompensas se encontrarían con nada cuando llegasen allí. Incluso había pensado dejar la baliza dentro de algo con el tamaño suficiente para simular que la niña estaba dentro. Si llegaban varias naves de cazarrecompensas, se atacarían entre ellos para hacerse con el valioso botín. Le hubiera gustado estar allí viendo como unos luchaban contra otros, pero lo más seguro para ellos era dejar la zona antes de que nadie llegase. Por fin la suerte regresaba a la Folkung.

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