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sábado, 7 de noviembre de 2020

Ascenso (52)

Los años no pasan en balde para nadie y tampoco lo hicieron para Ofthar. Se dice que durante los años que fue señor de los Ríos, Llanuras y Prados hizo que el señorío se volviera más próspero que antes y además de unos de los más poderosos. Siguiendo las ideas de su padre, amuralló las ciudades más importantes con piedra y creó una red de fortalezas en las fronteras, tanto la de los Pantanos, como la de las Praderas. Levantó un ejército profesional formado por miembros guerreros de los clanes. Vivió hasta alcanzar la edad de los ochenta y ocho años, aunque en los últimos, abdicó en favor de su hijo Oftheal.

Con pena vio morir a todos los que consideró sus amigos, él se quedaba mientras el resto se marchaba con Ordhin y los antepasados. Una de las muertes que más le afectaron fue la de su esposa Arnayna. La segunda fue la de su primo y amigo. Mhista fue su senescal hasta el día de su fallecimiento. Fue el más leal de todos sus amigos y ayudó a Ofthar en la creación de la red de defensa. Pero tuvo un secreto, que aunque casado como estaba a la hermana del señor de los pantanos, Whyer, con quien tuvo una buena relación y varios hijos, siguió viéndose con su gran amor.

Ofthar supo de su segunda relación debido a sus constantes viajes para revisar las fortalezas defensivas. Ofthar le hizo seguir y descubrió que cruzaba la frontera de los Pantanos para verse con Maynn. Pero como la paz se mantenía, nunca reveló lo que ya sabía. Los Pantanos no volvieron a ser un enemigo de los Ríos. Pues tras la guerra tuvieron sus propios problemas con los Mares, las Estepas y los reinos norteños. Durante esas guerras, el canciller Maynn se hizo muy poderoso, hasta el punto que pudo revelar su condición y crear el castillo de Armne, donde solo se intruían mujeres en el arte de la guerra, creando el regimiento de las amazonas, que ganó más de una batalla. llegado el momento, Maynn dejó su puesto de canciller y asumió el grado de general, acudiendo a ayudar a su señor en los tiempos de dificultad y el resto del tiempo, se encargaba de su territorio y el castillo.

Ríos y Pantanos mantuvieron la paz, incluso después del fallecimiento de Ofhini, tras dar a luz al tercer hijo de Whaer. Se dice que el señor Whaer amaba tanto a su esposa que en su memoria mantendría la paz con su hermano. aunque nadie sabe si eso era cierto o no.

Cuando falleció Mhista, Ofthar estuvo a su lado hasta el último suspiro.

-   No hables, viejo amigo, reserva las últimas fuerzas para decir adiós a tu esposa -pidió Ofthar, agarrando la mano de Mhista, que yacía en su lecho, metido bajo las sábanas y las mantas, mientras todo su cuerpo se sacudía por la fiebre.
-   Llevale la carta… entregásela… permítele a este viejo que le diga adiós -murmuraba Mhista, con lágrimas en los ojos-. Jurámelo… por Ordhin… se la llevarás.
-   ¡Lo juro! ¡Lo juro, viejo amigo! -aseguró Ofthar.

Una sonrisa iluminó el rostro de Mhista, al tiempo que el agarre de su mano en la de Ofthar disminuyó de repente. Ofthar solo pudo cerrar los ojos de su amigo, que ya le había abandonado. A su esposa le dijo mentiras, que sus últimas palabras fueron para ella, tras haberse hecho con la carta para Maynn, que no debía caer en las manos de su esposa. Whyer como el resto de Bhlonnor despidió al viejo senescal con la pompa y la tristeza que se correspondía su persona.

Tras esa muerte, Ofthar abdicó y se marchó de viaje. A Oftheal le pareció raro ese proceder, pero ahora debía dirigir las vidas de los viejos súbditos de su padre y no podía quedarse a razonar con él. Al ya no ser el señor de los Ríos, Llanuras y Prados o solamente Ríos, como se nombró a su hijo, pues las Llanuras y los Prados ya se habían asimilado en el señorío principal, pudo marcharse de Bhlonnor sin la escolta de su guardia. Solo Orot, que aún era tan grande y fuerte como cuando eran jóvenes se marchó con él. Orot dejó en casa a su esposa y sus hijos. Incluso él había asentado la cabeza, encontrando una mujer que nunca le temió ni le parecieron sus rasgos amenazadores.

Viajaron al este, en dirección a los pantanos, al punto donde los espías habían visto a Mhista cruzar los canales, una pequeña aldea que vivía de la pesca. consiguieron que uno de los pescadores les llevasen al otro lado. Por lo que supieron en la aldea, las islas contrarias pertenecían al territorio del castillo de Armne.

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