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sábado, 31 de octubre de 2020

Ascenso (51)

Ofthar suspiró cuando el último de los dignatarios de los Pantanos se hubo sentado y los guardias de fuera cerraron los pliegues de la tienda. Solo Maynn y Rhevee permanecía de pie. Ofthar hizo un gesto y los siervos trajeron un par de sillas para ellos. Ofthar les hizo un gesto para que se sentasen. Era su turno de hablar.

-   ¡Qué Ordhin vele por que hoy se termine nuestro conflicto! -dijo conciliador Ofthar, como si fuera un padre cansado de que sus hijos peleasen-. El tharn Rhevee ha cumplido nuestra petición y ha traído los presentes que permiten que se hable hoy. Aunque no hacía falta que llegasen magullados.
-   Mi señor Ofthar, desgraciadamente el señor Whaon no quería participar de estas negociaciones, manteniendo el conflicto y la inquina entre nosotros -indicó Rhevee, guardando cuidado con lo que decía-. Él y Velery intentaron huir de vuelta a Onissur, dejando atrás a sus fieles hombres. Fueron detenidos por patriotas y amigos.
-   Bueno, lo que Velery el traidor y Whaon hicieran no es más que un asunto interno de vuestro señorío -señaló Ofthar, como si no fuera con él-. Hemos venido a negociar. Yo tengo una propuesta que espero que sea satisfactoria para las dos partes. ¿Me escuchareis hasta que termine y luego ya añadiréis vuestras pegas?
-   Siempre estoy deseoso de escuchar una buena oferta -aseguró Rhevee, cuya alma mercader se dejó ver.
-   La muerte y la destrucción ha sido alta en este conflicto -comenzó a hablar Ofthar, tras hacer una inclinación de cabeza hacía Rhevee, como agradeciendo su bondad por permitirle hablar, aunque la realidad era otra-. Pero no debemos enconarnos en la venganza y la malicia. El señor Whaon y el tharn Velery deben ser castigados por sus actos, pero no toda su familia. Para terminar con el conflicto, presento esta oferta. Whaer, hijo de Whaon será nombrado como señor de los Pantanos, sustituyendo a su padre, que se sentará ante mi en juicio por sus acciones. Además para sellar esta nueva amistad entre nuestros pueblos, Whaer contraerá matrimonio con mi hermana Ofhini -Ofthar se sonrió al ver la cara de total sorpresa de Maynn, que no sabía nada de esto-, a su vez y para que la unión entre nuestros pueblos sea auténtica, Whyer, hija mayor de Whaon se unirá a mi senescal, Mhista de Bhalonov. con esto la paz será nuevamente entre los Ríos y los Pantanos. Desde el punto de vista de la destrucción, las cosechas del norte del territorio de los Prados ha sido quemada por el ejército de Whaon. La ley de la paz exige que se reponga el daño, pero el castigo sería peor para todos, por lo que creo que lo mejor es que en vez de que los Pantanos entreguen la misma cantidad de trigo que lo perdido, vendan suministros a los Prados, por la mitad del precio de lo real. Así ninguno de los dos territorios sufrirá hambre en el próximo invierno. ¿Qué os parece mi oferta, tharn Rhevee?
-   Vuestras palabras son las de un gran líder, mi señor -contestó Rhevee visiblemente sorprendido-. Aceptamos vuestras exigencias. Seamos amigos de nuevo.
-   Un momento, tharn Rhevee -pidió Ofthar, y se volvió hacia Elthyn-. Gobernador Elthyn de Isnark, ¿aceptáis mis condiciones para llegar a la paz con los Pantanos?
-   Nos complace vuestra oferta, los Prados aceptan la paz -aseguró Elthyn, aunque Ofthar sabía que el joven tharn no se opondría, pues la oferta era lo que todos necesitaban. En la torre, en el sótano habían encontrado tres arcones llenos de oro, y por ello, no iban a pedir una compensación monetaria. Era mejor la reducción monetaria por la comida. Y si se daban prisa, aún podía volver a sembrar algo de trigo y cosechar al final del verano o en el otoño, siempre que el frío se retrasase ese año.
-   En ese caso, Whaer, acércate -ordenó Ofthar.

El guerrero que estaba detrás del muchacho le cortó la soga que mantenía sus manos atadas a la espalda. Whaer se aproximó, quedando frente a Ofthar.

-   ¿Whaer de Wulak, aceptas las condiciones para la paz entre nuestros señoríos? -le preguntó Ofthar mirándole a los ojos. Whaer, aterrado miró a Maynn y Rhevee que asentían con la cabeza y luego a su padre, que le miraba con asco.
-   Acepto -murmuró Whaer, cauteloso, pero al ver que Ofthar le hacía un gesto para que hablase más alto-. ¡Acepto!
-   ¡A mis brazos, hermano! -bramó Ofthar, abrazando al temeroso Whaer, pues ahora sería su cuñado, aunque eso no significaba nada, pero decidió añadir unas palabras, para que todos los presentes respirasen tranquilos-. Yo, como hijo de la dama Güit y último miembro vivo de los Irnt, reconozco a Whaer y a todos los descendientes de él como los verdaderos señores de los Pantanos y olvido mis pretensiones sobre ese territorio.

Rhevee y otros tharns de los Pantanos más tarde dirían que ese fue el mayor presente que el señor Ofthar otorgó en esas negociaciones, pero la verdad es que el propio Ofthar ya había decidido olvidar sus derechos sobre ese territorio. Prefería que alguien estuviese entre él y el ambicioso señor de los Mares. La negociación terminó con un tratado de paz y amistad.

Los días siguientes a la firma en la fortaleza fueron de banquetes y fiestas. La mayoría estaban contentos. Pero Ofthar tuvo que ver a su buen amigo Mhista totalmente melancólico. Cuando estuvieron un rato solos, Mhista le reveló que Maynn le había dejado, le había destrozado el corazón. La mujer prefirió seguir siendo hombre y convertirse en el canciller de Whyer a seguir su relación.

Los líderes de la flota de los Mares fueron liberados y se marcharon con los representantes de los Pantanos, para ocuparse de sus heridos y regresar a su señorío.

El ejército se disolvió y los tharns con sus hombres regresaron a sus territorios, así como el thyr volvió a sus labores en los campos y ciudades. Ofthar y su estado mayor pasó unas semanas en Isma, donde el antiguo señor Whaon y Velery fueron juzgados por sus crímenes. El primero fue enviado a las minas del oeste, donde nadie volvería a hablar más de él. Velery fue ejecutado en Isma, ante la población que festejaron al ver su cabeza separarse de su cuerpo.

Al volver a Bhlonnor, Mhista se casó con Whyer, la hermana del señor de los Pantanos, así como Ofthar se despidió de su querida Ofhini que viajó con Rhime para convertirse en la esposa de Whaer, ligeramente mayor que ella.

Cuando el invierno llegó la paz y la prosperidad regresaron a los señoríos, aunque fuera por unos años, pues en el sur, la guerra era algo muy común.

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