Ofthar
suspiró cuando el último de los dignatarios de los Pantanos se hubo
sentado y los guardias de fuera cerraron los pliegues de la tienda.
Solo Maynn y Rhevee permanecía de pie. Ofthar hizo un gesto y los
siervos trajeron un par de sillas para ellos. Ofthar les hizo un
gesto para que se sentasen. Era su turno de hablar.
- ¡Qué
Ordhin vele por que hoy se termine nuestro conflicto! -dijo
conciliador Ofthar, como si fuera un padre cansado de que sus hijos
peleasen-. El tharn Rhevee ha cumplido nuestra petición y ha traído
los presentes que permiten que se hable hoy. Aunque no hacía falta
que llegasen magullados.
- Mi
señor Ofthar, desgraciadamente el señor Whaon no quería
participar de estas negociaciones, manteniendo el conflicto y la
inquina entre nosotros -indicó Rhevee, guardando cuidado con lo que
decía-. Él y Velery intentaron huir de vuelta a Onissur, dejando
atrás a sus fieles hombres. Fueron detenidos por patriotas y
amigos.
- Bueno,
lo que Velery el traidor y Whaon hicieran no es más que un asunto
interno de vuestro señorío -señaló Ofthar, como si no fuera con
él-. Hemos venido a negociar. Yo tengo una propuesta que espero que
sea satisfactoria para las dos partes. ¿Me escuchareis hasta que
termine y luego ya añadiréis vuestras pegas?
- Siempre
estoy deseoso de escuchar una buena oferta -aseguró Rhevee, cuya
alma mercader se dejó ver.
- La
muerte y la destrucción ha sido alta en este conflicto -comenzó a
hablar Ofthar, tras hacer una inclinación de cabeza hacía Rhevee,
como agradeciendo su bondad por permitirle hablar, aunque la
realidad era otra-. Pero no debemos enconarnos en la venganza y la
malicia. El señor Whaon y el tharn Velery deben ser castigados por
sus actos, pero no toda su familia. Para terminar con el conflicto,
presento esta oferta. Whaer, hijo de Whaon será nombrado como señor
de los Pantanos, sustituyendo a su padre, que se sentará ante mi en
juicio por sus acciones. Además para sellar esta nueva amistad
entre nuestros pueblos, Whaer contraerá matrimonio con mi hermana
Ofhini -Ofthar se sonrió al ver la cara de total sorpresa de Maynn,
que no sabía nada de esto-, a su vez y para que la unión entre
nuestros pueblos sea auténtica, Whyer, hija mayor de Whaon se unirá
a mi senescal, Mhista de Bhalonov. con esto la paz será nuevamente
entre los Ríos y los Pantanos. Desde el punto de vista de la
destrucción, las cosechas del norte del territorio de los Prados ha
sido quemada por el ejército de Whaon. La ley de la paz exige que
se reponga el daño, pero el castigo sería peor para todos, por lo
que creo que lo mejor es que en vez de que los Pantanos entreguen la
misma cantidad de trigo que lo perdido, vendan suministros a los
Prados, por la mitad del precio de lo real. Así ninguno de los dos
territorios sufrirá hambre en el próximo invierno. ¿Qué os
parece mi oferta, tharn Rhevee?
- Vuestras
palabras son las de un gran líder, mi señor -contestó Rhevee
visiblemente sorprendido-. Aceptamos vuestras exigencias. Seamos
amigos de nuevo.
- Un
momento, tharn Rhevee -pidió Ofthar, y se volvió hacia Elthyn-.
Gobernador Elthyn de Isnark, ¿aceptáis mis condiciones para llegar
a la paz con los Pantanos?
- Nos
complace vuestra oferta, los Prados aceptan la paz -aseguró Elthyn,
aunque Ofthar sabía que el joven tharn no se opondría, pues la
oferta era lo que todos necesitaban. En la torre, en el sótano
habían encontrado tres arcones llenos de oro, y por ello, no iban a
pedir una compensación monetaria. Era mejor la reducción monetaria
por la comida. Y si se daban prisa, aún podía volver a sembrar
algo de trigo y cosechar al final del verano o en el otoño, siempre
que el frío se retrasase ese año.
- En
ese caso, Whaer, acércate -ordenó Ofthar.
El
guerrero que estaba detrás del muchacho le cortó la soga que
mantenía sus manos atadas a la espalda. Whaer se aproximó, quedando
frente a Ofthar.
- ¿Whaer
de Wulak, aceptas las condiciones para la paz entre nuestros
señoríos? -le preguntó Ofthar mirándole a los ojos. Whaer,
aterrado miró a Maynn y Rhevee que asentían con la cabeza y luego
a su padre, que le miraba con asco.
- Acepto
-murmuró Whaer, cauteloso, pero al ver que Ofthar le hacía un
gesto para que hablase más alto-. ¡Acepto!
- ¡A
mis brazos, hermano! -bramó Ofthar, abrazando al temeroso Whaer,
pues ahora sería su cuñado, aunque eso no significaba nada, pero
decidió añadir unas palabras, para que todos los presentes
respirasen tranquilos-. Yo, como hijo de la dama Güit y último
miembro vivo de los Irnt, reconozco a Whaer y a todos los
descendientes de él como los verdaderos señores de los Pantanos y
olvido mis pretensiones sobre ese territorio.
Rhevee
y otros tharns de los Pantanos más tarde dirían que ese fue el
mayor presente que el señor Ofthar otorgó en esas negociaciones,
pero la verdad es que el propio Ofthar ya había decidido olvidar sus
derechos sobre ese territorio. Prefería que alguien estuviese entre
él y el ambicioso señor de los Mares. La negociación terminó con
un tratado de paz y amistad.
Los
días siguientes a la firma en la fortaleza fueron de banquetes y
fiestas. La mayoría estaban contentos. Pero Ofthar tuvo que ver a su
buen amigo Mhista totalmente melancólico. Cuando estuvieron un rato
solos, Mhista le reveló que Maynn le había dejado, le había
destrozado el corazón. La mujer prefirió seguir siendo hombre y
convertirse en el canciller de Whyer a seguir su relación.
Los
líderes de la flota de los Mares fueron liberados y se marcharon con
los representantes de los Pantanos, para ocuparse de sus heridos y
regresar a su señorío.
El
ejército se disolvió y los tharns con sus hombres regresaron a sus
territorios, así como el thyr volvió a sus labores en los campos y
ciudades. Ofthar y su estado mayor pasó unas semanas en Isma, donde
el antiguo señor Whaon y Velery fueron juzgados por sus crímenes.
El primero fue enviado a las minas del oeste, donde nadie volvería a
hablar más de él. Velery fue ejecutado en Isma, ante la población
que festejaron al ver su cabeza separarse de su cuerpo.
Al
volver a Bhlonnor, Mhista se casó con Whyer, la hermana del señor
de los Pantanos, así como Ofthar se despidió de su querida Ofhini
que viajó con Rhime para convertirse en la esposa de Whaer,
ligeramente mayor que ella.
Cuando
el invierno llegó la paz y la prosperidad regresaron a los señoríos,
aunque fuera por unos años, pues en el sur, la guerra era algo muy
común.
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