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martes, 11 de mayo de 2021

Lágrimas de hollín (78)

Bheldur se estaba quitando la ropa que había llevado durante toda la fiesta y lo que habían hecho después. Fhin se había empeñado en ser el perfecto caballero y habían llevado a la dama Arhanna hasta su palacete. Curiosamente era un edificio como el suyo, no muy recargado, lo que indicaba que la dama o la familia no eran precisamente ricos. De esa forma, Malven y su grupo se alejaron de su vivienda para dar escolta a la dama. Por ello, Bheldur había tenido que viajar junto al cochero, ya que en el interior de la caja solo entraban Fhin, la dama, su asistenta y el gallardo de Usbhalo, o así se había referido a él la muchacha.

Cuando ya dejaban atrás la vivienda de Arhanna, Bheldur recuperó su puesto dentro y un asiento más mullido que el pescante. Aun así, Fhin le debió ver algo en su rostro que le recriminó que estuviera molesto porque quisiera seguir con el papel del caballero. Bheldur no comentó nada de ello, solo indicó que estaba cansado y que quería irse a dormir. Ya a la mañana siguiente podrían poner en claro lo que había descubierto sobre la situación de la nobleza.

Bheldur se acercó a una mesa, donde tenía los útiles de aseo, así como una jarra con vino y unas copas. Se sirvió un poco del contenido de la jarra y dio un buen sorbo. Justo en ese momento se escucharon unos golpes en la puerta. Abrió y vio una figura embozada en una capa oscura, que llevaba una vela. Se quitó del hueco de la puerta, para que pasase y cerró tras revisar que no había nadie en el pasillo de la casa. Pero a esas horas los criados estarían durmiendo. 

-   ¿Seguimos teniendo controlado a Corredor? -preguntó Bheldur que tomó la capa y se la quitó a la figura, revelando a Shar. 

-   No se va a escapar de mis chicas, no te preocupes -aseguró Shar-. Ese hombre está enamorado de sus cuerpos. No puede escapar de una dosis de su droga preferida. Es un hombre muy simple. 

-   ¿Como yo? 

-   ¿Tú? No tú tienes poco de simple, Bheldur -negó Shar al tiempo que abrazaba al hombre-. ¿Un mal día? 

-   La verdad es que no -comentó Bheldur-. He recabado mucha información de la alta sociedad de la ciudad. Cosas que nos ayudarán en lo que Fhin quiere hacer. Pero me temo que nuestro amigo puede que se haya puesto a jugar con algo que le puede venir grande o que puede traernos problemas. 

-   Cuéntamelo.

Bheldur le empezó a contar todo lo que había ido ocurriendo mientras se desvestía y se metía en la cama. Shar a su vez también se desnudo y se metió bajo las sábanas. Escuchaba lo que su amado le contaba y asentía a lo que decía. Bheldur terminó la alocución sentado sobre las almohadas de la cama, mirando hacía el rostro de Shar. 

-   ¿Podría ser que Fhin se hubiese enamorado de esa noble? -inquirió Shar-. ¿Y eso puede hacer peligrar lo que hemos construido? ¿Nos podría hacer caer? 

-   No lo sé -contestó Bheldur-. Puede que Fhin ya tenga preparada una estrategia para todo esto o por su parte, no se esté dando cuenta de lo que nosotros vemos, lo que yo veo. 

-   ¿Deberíamos avisarle? -preguntó de nuevo Shar. 

-   Podría ser y -empezó a decir Bheldur, pero vio algo en los ojos de Shar y cambió de tema-. ¿Qué te pasa mi amor? 

-   Sabes que yo te quiero y quiero pensar que tú también a mí -indicó Shar, con una cara compungida-. Pero siempre temo la reacción de Fhin. ¿No le estaremos traicionando? ¿Debemos contarle lo nuestro? ¿Nuestro amor? 

-   Él no es quien para decidir a quién tenemos que amar -espetó Bheldur, que estaba harto de los miedos de Shar y aun quemado por lo ocurrido en el retorno, en el carruaje. 

-   Yo… -empezó a hablar Shar, pero Bhedur se tiró encima de ella, besándola en los labios.

Si algo había aprendido Bheldur de Shar desde que había empezado a intimar con ella es que podía hacerle olvidar los pensamientos que tenía sobre su temor a la deslealtad hacia Fhin. Bheldur también sentía ese miedo, el de que Fhin les impidiese amarse. Los besos de Bheldur abrieron la caja del deseo de Shar y como siempre se olvidó de sus miedos, mientras buscaba el placer. Incluso Bheldur desactivaba sus sentidos de supervivencia mientras estaba con ella. Sabía que eso le podría meter en problemas algún día, pero prefería poner toda su persona para complacer a Shar.

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